Beatriz Kopp y Karen Balg por medio de sus trayectorias firmes y decididas para aportar en la construcción de una sociedad digna e igualitaria en donde el arte y el cuerpo sean respetados nos movilizan a ‘ser-estar’ y nos abren el camino para que en Colombia se protejan derechos que nos permitan elegir quién soy:
Elegir quién soy, es un acto colectivo. La pedagogía transmitida en la ANB además de comprender un rigor en la técnica, cultivaba la danza como un sujeto social que aporta y visibiliza nuestra cultura. En esa dirección, la meta trascendía los aplausos del público, para extenderse hacia la cooperación con quienes lo necesitaran, siendo entonces la danza el medio para recaudar recursos, por lo cual realizaban funciones a beneficio de: La Cruz Roja, Hospital Infantil en Bogotá, Trabajadores del Teatro Colón, Asociación de Periodistas en Medellín, Damnificados de la explosión en Cali (1956).
Años más tarde, a pesar del cierre de la ANB, la labor continuó por parte de Beatriz Kopp y Karen Balg con la colaboración para la Fundación Amigos del Ballet Teatro Colón programando temporadas de ballet y giras, así como eventos como el ciclo de la danza en el cine, en la Cinemateca Distrital en 1986.
Elegir quién soy, comienza por el derecho a elegir sobre mi cuerpo. En resonancia con la gestación de una academia de danza que certificara profesionalmente ser profesor y bailarín; el interés por el cuidado y conciencia de un bienestar, una constante en la vida de Beatriz Kopp, se consolida cuando regresa al país a fundar Profamilia (1965).
La labor de su amigo y médico personal, Fernando Tamayo quien atendía a mujeres de bajos recursos económicos sin protección médica les brindaba atención general como también asesoría sexual, fue una de las historias que avivó la fuerza de emprender la conformación de una institución que protegiera especialmente a las mujeres en sus derechos sexuales, para que pudieran decidir por sí mismas la elección de tener hijos o no; puesto que en un país mayoritariamente rural, con brechas desiguales como las que se abren en Colombia, la elección de cuántos hijos tener repercute en la estabilidad económica de las familias y especialmente de la mujer, en quien recae siempre el deber de velar por el bienestar, protección y sustento de sus hijos.
Elegir quién soy, es un acto de dignificar la vida hasta la muerte. En Colombia, el derecho a morir dignamente ha sido un tema de mucha controversia, vitalmente necesario y que gracias a la decisión de Beatriz Kopp de crear Solidaridad Humanitaria (1979), nombre que fue cambiado en 1983 por el actual de Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente (DMD), única organización de esta índole en América Latina, podemos elegir trascender este cuerpo físico cuando una enfermedad o un accidente haga imposible un buen vivir.
"Una muerte bella honra toda la vida". – Francesco Petrarca
Esta discusión fue trascendental durante la pandemia y se promovió desde "Muerte Digna ante el covid19", tema central en el XIV Encuentro Beatriz Kopp de Gómez.
Elegir quién soy, resignificar lo propio y descubrirse en otras experiencias latinoamericanas remite al trabajo de Karen Balg desde su escritura en artículos especializados en danza y su experiencia como bailarina investigadora en países vecinos como Venezuela. Su constante correspondencia permanente con bailarinas en Inglaterra como Claire de Robillant, como también su archivo con revistas encuadernadas de Opera and music reviews 1987- 1995; Dancing Times de 1993 al 2000; Dance Magazine de 1968- 1998 y Ballet and Dance Critics 1954 -1998, conectó la danza del país con procesos dancísticos internacionales.